Jesús, enséñanos a orar. Que tu Palabra sea lámpara para nuestros pasos, luz en nuestro sendero.
María, alcánzanos de tu Hijo, al que adoramos presente en el Santísimo Sacramento, la gracia de vivir siempre de la Palabra salida de sus labios.
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Contemplarte Jesús y dejarnos revestir por Tu Amor infinito da un sentido nuevo a nuestra existencia. Saberte encarnado en el vientre virginal de María y en la Sagrada Eucaristía para quedarte siempre con nosotros me hace estremecer de amor agradecido.
Gracias Jesús por poner en mi corazón el deseo de estar a solas contigo y de adorarte dese mi pequeñez.
Con Tu Amor sigue tocando corazones, para que pronto todos podamos contemplar Tu salvación y Tu misericordiosa justicia y así te aclamemos como Rey y Señor.
Dios, no nos has dejado de hablar nunca, hablaste ayer y nos hablas hoy. Que elocuente Te manifiestas en la fragilidad de un recién nacido, en la fragilidad de la Hostia, comunicas tanto Amor,…