Taller de oración con los Salmos.
Salmo 3
Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí;
cuántos dicen de mí:
"ya no lo protege Dios".
Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo.
Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor.
Levántate, Señor;
sálvame, Dios mío:
tú golpeaste a mis enemigos en la mejilla,
rompiste los dientes de los malvados.
De ti, Señor, viene la salvación
y la bendición sobre tu pueblo.
Con una pila enorme que porotos que pelar hice esta oración pero recordé que Santa Teresa decía que entre los pucheros también está Dios! y me encantó orar este salmo en vuestra compañía mientras pelaba porotitos! Que esta oración preciosa nos llegue a todos!!! Gracias padre Alfredo! Mónica
Gracias Padre Alfredo de la Cruz y de María, EL Señor le Bendiga y María le Bendiga, me encomiendo con toda mi familia a sus oraciones, soy Adriana Patricia Largo, vivo en Bogotá, Colombia. Uds, son un regalo maravilloso del Amor de Dios a cada uno de nosotros los que tenemos la alegría de conectarnos y recibir tanto tesoro espiritual. Ha sido un gozo en mi corazón, mil gracias. Un gran abrazo❤️
La luz de tu presencia Eucarística ponga en fuga a mis enemigos y me permita reposar en Ti cada vez que invoco Tu nombre , Oh Amado mío , esposo mío heme aquí, Tú sabes cuánto te necesito, sin Tí nada soy, Tú le das valor a mi existencia y mi corazón te pertenece, reposa en el Tuyo, Amado de mi Alma, Gracias por Tu presencia en los corazones de Tus hijos Sacerdotes Alfredo de la Cruz y de María y David de Jesús, gracias por Tu Santo Espíritu obrando en ellos para todos nosotros, regalo hermoso para nuestra Iglesia, gracias por esta Familia Espiritual María con Nosotros, gracias Madre mía por Tu amparo y Tú poderosa intercesión, Gracias Angel…
Señor mío y Dios mío. Tú me salvaste y me ungiste.
Mis enemigos son mis pecados, mi debilidad, mi desconfianza. Ellos se levantan contra mí, pero Tú me has mirado con Misericordia y me has perdonado.
Escuchaste mi voz y me salvaste. Me trajiste a la familia de María con nosotros para que no dude de Tu Amor infinito. Levantaste un cerco de luz y de amor alrededor de mi alma y me invitas a descansar confiadamente en Tu Misericordia.
Te levantaste Señor y me salvaste, derribas mis dudas y me confirmas en la fe, la esperanza y el amor.
La Luz de Tu presencia eucarística ponga en fuga a mis enemigos y me permita reposar en Tí cada vez…