TEXTOS PARA PROFUNDIZAR
Mt 15, 21-28
“Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo». Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando». Él les contestó: «Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel». Ella se acercó y se postró ante él diciendo: «Señor, ayúdame». Él le contestó: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos». Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos». Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas». En aquel momento quedó curada su hija”.
Catecismo de la Iglesia Católica: «Cristo, médico»
1503. La compasión de Cristo hacia los enfermos y sus numerosas curaciones de dolientes de toda clase (cf. Mt 4,24) son un signo maravilloso de que "Dios ha visitado a su pueblo" (Lc 7,16) y de que el Reino de Dios está muy cerca. Jesús no tiene solamente poder para curar, sino también de perdonar los pecados (cf. Mc 2,5-12): vino a curar al hombre entero, alma y cuerpo; es el médico que los enfermos necesitan (Mc 2,17). Su compasión hacia todos los que sufren llega hasta identificarse con ellos: "Estuve enfermo y me visitasteis" (Mt 25,36). Su amor de predilección para con los enfermos no ha cesado, a lo largo de los siglos, de suscitar la atención muy particular de los cristianos hacia todos los que sufren en su cuerpo y en su alma. Esta atención dio origen a infatigables esfuerzos por aliviar a los que sufren.
1504. A menudo Jesús pide a los enfermos que crean (cf. Mc 5,34.36; 9,23). Se sirve de signos para curar: saliva e imposición de manos (cf. Mc 7,32-36; 8,22-25), barro y ablución (cf. Jn 9,6-15). Los enfermos tratan de tocarlo (cf. Mc 1,41; 3,10; 6,56) "pues salía de él una fuerza que los curaba a todos" (Lc 6,19). Así, en los sacramentos, Cristo continúa "tocándonos" para sanarnos.
1505. Conmovido por tantos sufrimientos, Cristo no sólo se deja tocar por los enfermos, sino que hace suyas sus miserias: "El tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades" (Mt 8,17; cf. Is 53,4). No curó a todos los enfermos. Sus curaciones eran signos de la venida del Reino de Dios. Anunciaban una curación más radical: la victoria sobre el pecado y la muerte por su Pascua. En la Cruz, Cristo tomó sobre sí todo el peso del mal (cf. Is 53,4-6) y quitó el "pecado del mundo" (Jn 1,29), del que la enfermedad no es sino una consecuencia. Por su pasión y su muerte en la Cruz, Cristo dio un sentido nuevo al sufrimiento: desde entonces éste nos configura con Él y nos une a su pasión redentora.
Amado Jesús, mientras más indigna soy, más necesitada estoy de Ti y de Tu Amor sanador.
Aumenta mi fe y ayúdame a vivir con humildad mi infancia espiritual, sabiendo que todo está en Tus Manos, que todo depende de Ti.
Me acojo a Tu Amor infinito y a Tu Divina Voluntad que es perfecta.
Gracias Señor por tomar nuestras flaquezas y cargar con nuestras enfermedades, gracias porque te acercas a nosotros a través de la Santa Eucaristía y del Evangelio, nos tocas y nos permites tocarTe. Ayúdame a unir, a Tu pasión redentora, los pequeños sufrimientos que te ofrezco por la salvación de las almas y mi propia santificación.
Gracias Padre Alfredo por esta hermosa reflexión que me invita a…
Jesús bendito gracias por tomar mis sufrimiento uneme a ti Señor tu sabes qué en éste momento la estoy pasando mal pero gracias por acordarte de mí y por tú misericordia.
Padre Alfredo muchísimas gracias por está gran enseñanza y reflexión qué a llegado a mi alma para refrescar toda mi vida bendito Dios por qué atravez de usted me muestra su misericordia amén 🙏💕♥️