El Evangelio de hoy (Jn 3,7b-15):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».
Nicodemo le preguntó:
«¿Cómo puede suceder eso?».
Le contestó Jesús:
«¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».
Amado Jesús tú eres la lámpara qué disipa mis tinieblas.
Padre David gracias por compartir y mostrar toda la riqueza espiritual con todos sus libros bendecido martes.🙏🏼🙏🏼💕💖🙏🏼
Nicodemo te buscó en la noche, lo llevaste de la oscuridad a la luz, al punto que de día buscó Tu Cuerpo para llevarlo al sepulcro. Se dejó iluminar por Ti, nació de nuevo.
También yo quiero ser engendrada de nuevo en María para pasar de de mi oscuridad a Tu luz.
¡Fiat Voluntas Tua!
Jn 3:5a,7b-15. "Nasci denuo". "Nacer de nuevo".
Si María es mediadora
de las gracias que da Dios,
si quiero nacer de nuevo
María me dará el don.
Después de subir al cielo
Jesús quiso que su Madre
las gracias que nos da Dios
mediante ella dispensase.
Es el Espíritu Santo
de quien las gracias emanan,
pero es la Virgen María
por la que las gracias pasan.
Para cualquier sacramento
María está interviniendo,
con su maternal gobierno
su esposo la está atendiendo.
¿Cómo invocar al Espíritu
sin contar con nuestra Madre?
¿Cómo querer que Dios haga
lo que su esposa no sabe?
Hay que invocar a María,
pedir siempre intercesión,
y así el Espíritu Santo
nos prestará la atención.
No sea…
Hola padre David de Jesús!!! recién escuché esta meditación y tengo un ratito para escribir, lo haré hasta que pueda y si me quedó algo más para decir lo continuaré luego. Le cuento que a mi también lo que más me llena el corazón es meditar la Palabra de Dios, especialmente los santos evangelios, mi alma necesita escuhar a Jesús y pensar en lo que me dice, saborear el encanto de sus enseñanzas y todo lo que me dice me fascina el alma y corazón, cuando no puedo hacerlo me comienzo como a debilitar y comienzo a extrañar a Jesús; y cuando vuelvo a la meditación mi alma es como si fuera a una fiesta. Nunca sé que me tiene…