El Evangelio de hoy (Lc 18,9-14):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“¡Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Textos para profundizar:
Santa Teresa de Jesús. Libro de las moradas:
8. La voluntad bien me parece que debe estar unida en alguna manera con la de Dios; mas en los efectos y obras de después se conocen estas verdades de oración, que no hay mejor crisol para probarse. Harto gran merced es de nuestro Señor, si la conoce quien la recibe, y muy grande si no torna atrás.
Luego querréis, mis hijas, procurar tener esta oración, y tenéis razón; que -como he dicho- no acaba de entender el alma las que allí la hace el Señor y con el amor que la va acercando más a Sí, que cierto está desear saber cómo alcanzaremos esta merced. Yo os diré lo que en esto he entendido.
9. Dejemos cuando el Señor es servido de hacerla porque Su Majestad quiere y no por más. El sabe el porqué; no nos hemos de meter en eso. Después de hacer lo que los de las moradas pasadas, ¡humildad, humildad! Por ésta se deja vencer el Señor a cuanto de él queremos; y lo primero en que veréis si la tenéis, es en no pensar que merecéis estas mercedes y gustos del Señor ni los habéis de tener en vuestra vida.
(Santa Teresa de Jesús. Libro de las moradas 4,2,8-9).
Humildad, confianza en Ti, caridad y paz en el corazón, eso te pido hoy, mi Señor, que me las des y me las aumentes tanto como Tú quieras.
Hoy sábado estaré en retiro de Cuaresma, renovaré mi consagración al Inmaculado Corazón de María y a Ella le pediré por todos los que formamos parte de esta familia espiritual que quiero tanto.
Un fuerte abrazo, unidos en oración.
La Paz del Señor