El Evangelio de hoy (Lc 21,20-28):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».
Textos para profundizar:
Primera Lectura Ap 18,1-2.21-23;19,1-3.9a
YO, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se deslumbró con su resplandor. Y gritó con fuerte voz:
«Cayó, cayó la gran Babilonia. Y se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable.
Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la precipitó al mar diciendo:
«Así, con este ímpetu será precipitada Babilonia, la gran ciudad, y no quedará rastro de ella. No se escuchará más en ti la voz de citaristas ni músicos, de flautas y trompetas. No habrá más en ti artífices de ningún arte; y ya no se escuchará en ti el ruido del molino; ni brillará más en ti luz de lámpara; ni se escuchará más en ti la voz del novio y de la novia, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones».
Después de esto oí en el cielo como el vocerío de una gran muchedumbre, que decía:
«Aleluya La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía la tierra con sus fornicaciones, y ha vengado en ella la sangre de sus siervos».
Y por segunda vez dijeron:
«¡Aleluya!».
Y el humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.
Y me dijo:
«Escribe: “Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero”».
Querida familia, la Paz del Señor:
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Padre David muchas gracias. Ud. levanta mi ánimo, mi esperanza con su labor. La esperanza que no defrauda, la de nuestro Dios. Gratitud que extiendo hacia su hermano, que me ayuda tanto a crecer en la fe. Bendiciones. Desde Argentina, a nuestra queridísima madre patria España.
Hay padre David, que alegría me da. Que Jesús se apure. Yo todos lod días le pido al Señor que ya vuelva.
¡¡¡Celebro con mucho gozo esta maravillosa noticia. Al mal le queda poco tiempo y Dios nos protege!!!.
Ayer nos dijo el Padre Alfredo, "el tiempo y la salvación de Dios llegarán".
Así que a esperar con confianza, esperanza, caridad, celo por las almas y mucha paz, porque se acerca nuestra liberación, pero hacerlo de manera activa, con oración, formación y misión, cuidando con esmero nuestra vida interior.
Gracias Padre David, cuanto bien nos hace con la explicación del Evangelio.
¡María Reina, estás con nosotros, que alegría!.
La Paz del Señor.