El Evangelio de hoy (Lc 13,1-9):
✠
EN aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús respondió:
«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.
Pero el viñador respondió:
“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».
Textos para profundizar:
1007. La muerte es el final de la vida terrena. Nuestras vidas están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y como en todos los seres vivos de la tierra, al final aparece la muerte como terminación normal de la vida. Este aspecto de la muerte da urgencia a nuestras vidas: el recuerdo de nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida:
«Acuérdate de tu Creador en tus días mozos [...], mientras no vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y el espíritu vuelva a Dios que es quien lo dio» (Qo 12, 1. 7).
1384. El Señor nos dirige una invitación urgente a recibirle en el sacramento de la Eucaristía: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros" (Jn 6,53).
1036. Las afirmaciones de la Escritura y las enseñanzas de la Iglesia a propósito del infierno son un llamamiento a la responsabilidad con la que el hombre debe usar de su libertad en relación con su destino eterno. Constituyen al mismo tiempo un llamamiento apremiante a la conversión: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la puerta y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que la encuentran" (Mt 7, 13-14):
«Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Para que así, terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra, merezcamos entrar con Él en la boda y ser contados entre los santos y no nos manden ir, como siervos malos y perezosos, al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde "habrá llanto y rechinar de dientes"» (LG 48).
Que la Reina de la Paz os bendiga con su bendición maternal!!!
Madre Reina de la Paz ruega por nosotros y por la Paz del mundo entero... amén
Dios, como Padre bueno, permite que vivamos las consecuencias naturales de nuestros actos y habiendo infundido en nuestras almas nostalgia de eternidad, nos asiste con la gracia divina para que sintamos el llamado a la conversión
Dulce Reina de la Paz, ruega por nosotros al dueño de la vid para que nos aumente el deseo de ser santos y llegar al Cielo dando frutos en su sazón, para que estemos con ÉL y contigo toda la eternidad.
Espero con gozo el triunfo de Tu Inmaculado Corazón y renuevo hoy mi consagración a Ti, Reina y Señora de todo lo creado.
La Paz del Señor
https://evangeliomeditadoenverso.blogspot.com/2024/10/lc-1254-59-quomodo-non-probatis-como-no.html
-Jesús!
-¿qué hija?
-¿qué pasó con la higuera? ¿Dio fruto o la cortaron? ¿Cómo terminó la historia?
-hija, cuando un alma me abre su corazón comenzará a dar fruto!!!
-Entonces la higuera se salvó!!! Como todas las almas que te abren su corazón! Quiero ser como esa higuera que gracias al viñador se convirtió !!! Yo soy la higuera y Tu, mi viñador!!! Amén.