El Evangelio de hoy (Jn 12,24-26):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto.
El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará».
Textos para profundizar:
Primera Lectura 2 Cor 9, 6-10
HERMANOS:
El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra abundantemente, abundantemente cosechará. Cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama «al que da con alegría».
Y Dios tiene poder para colmaros de toda clase de dones, de modo que, teniendo lo suficiente siempre y en todo, os sobre para toda clase de obras buenas. Como está escrito:
«Repartió abundantemente a los pobres,
su justicia permanece eternamente».
El que proporciona «semilla al que siembra y pan para comer» proporcionará y multiplicará vuestra semilla y aumentará los frutos de vuestra justicia.
Jn 12:24-26. "Quis mihi ministraverit". "Quien me sirva".
Quien me siga que me sirva,
no se sirve de palabra,
se sirve en el día a día
haciendo lo que Dios manda.
Lo primero mucho amar
a Jesús con toda el alma,
que te lleva a no pecar
y a predicar su palabra.
Va surgiendo lo demás,
quieres buscar la verdad
y a los otros ayudar
si tienen necesidad.
Con tu generosidad
vas creando confianza,
das ejemplo de bondad,
la emoción nunca se acaba.
Pasando un rato a tu lado
las horas rápido pasan,
qué buen rato que he pasado
de servir me han dado ganas.
Voy a ponerme a servir,
no estaré sin hacer nada,
nunca me voy a aburrir,
Mi corazón late agradecido por el sinnúmero de personas muy buenas que el Señor ha puesto en mi camino, convirtiéndose en maestras para mí.
Dame Dios Padre la gracia de servir, a imitación de Jesús y de María, con amor, generosidad, alegría y sin cansancio.
En éste sábado renuevo mi consagración a la Virgen y le hago el ofrecimiento de vida y obras para que Ella las administre.
Gracias Padre David por las enseñanzas de hoy y por su testimonio. Que el Señor le bendiga.
La Paz del Señor.